La versátil y elegante blusa: historia, estilos y combinaciones

La blusa es una prenda de vestir que ha sido popular a lo largo de la historia. Originalmente, el término blusa se refería a la camisa azul que usaban los trabajadores franceses. Sin embargo, con el tiempo el concepto de blusa se expandió para incluir diferentes tipos de camisas y túnicas utilizadas por los trabajadores agrícolas ingleses. En la década de 1870, se hizo referencia por primera vez a la blusa como una prenda para una joven dama.

En esta nota hablaremos sobre
  1. Descripción de la blusa
  2. Historia de la blusa
    1. Estilos culturales de blusas

Descripción de la blusa

Las blusas suelen estar confeccionadas con telas ligeras, como seda o algodón fino, aunque hasta principios de la década de 1990 también se utilizaban fibras sintéticas de caída suave, como el poliéster. A veces, están decoradas con volantes, bordados o lazos. La blusa blanca clásica es una de las opciones más populares para las mujeres, ya que ofrece una amplia variedad de combinaciones. Otro tipo común de blusa clásica para mujeres es la que tiene cuello spade, peter pan, reverso o rever. Las blusas suelen estar confeccionadas con tela de algodón o seda y pueden o no incluir cuello y mangas. Por lo general, son más ajustadas que las camisetas de punto simples y pueden contener detalles como volantes, un lazo o un lazo suave en el cuello, o adornos bordados. El ajuste de la blusa se logra mediante costuras como las pinzas en la cintura y/o en el busto. Las blusas (y muchas camisas de mujer con botones) suelen tener los botones al revés en comparación con las camisas de hombre. Es decir, los botones suelen estar en el lado izquierdo del usuario y las ojales en el lado derecho. Las razones de esta diferencia no están claras y existen varias teorías al respecto. Algunos sugieren que esta costumbre fue introducida por los lavanderos para poder distinguir entre las camisas de mujer y las de hombre. Otra teoría sostiene que el diseño original se basaba en la armadura, que estaba diseñada de tal manera que un oponente diestro no pudiera enganchar su arma en la costura y romperla, y que una persona pudiera sacar un arma con su mano derecha sin engancharla en una costura floja de su propia ropa. Las criadas eran las encargadas de abotonar los vestidos de sus señoras (ya que los botones solían estar en la parte trasera). Se cansaron de lidiar con botones que, desde su punto de vista, estaban al revés y, por tanto, comenzaron a invertir la colocación al fabricarlos o repararlos. Otra teoría es que las mujeres solían ser vestidas por sus doncellas, mientras que los hombres se vestían solos. Como tal, las blusas de las mujeres estaban diseñadas para que pudieran ser abotonadas fácilmente por la doncella, mientras que las de los hombres estaban diseñadas para que pudieran ser abotonadas fácilmente por la persona que las llevaba puestas. Aunque en todos los casos propuestos las razones de la distinción ya no existen, se sigue manteniendo por costumbre o tradición. Aunque la mayoría de las mujeres prefieren tener el botón superior abierto para mayor comodidad, algunas blusas para mujeres tienen escotes más holgados para que el botón superior se pueda abrochar sin comprometer la comodidad, pero dando la misma apariencia elegante. Algunas mujeres colocan diferentes alfileres y adornos en sus blusas sobre el botón superior abrochado para darle estilo. Algunos de estos se colocan directamente en el botón, otros en los cuellos.

Historia de la blusa

Las blusas históricamente eran una prenda de estilo similar a un tonel, que rara vez formaban parte del guardarropa de las mujeres elegantes hasta la década de 1890. Antes de esa época, a veces eran populares para vestir de forma informal en estilos que evocaban la ropa campesina o tradicional, como la blusa Garibaldi de la década de 1860. Algunas blusas no tienen ningún botón en la parte superior y los cuellos están diseñados intencionalmente para estar abiertos. También forman parte del traje tradicional de algunos países. Durante el período victoriano posterior, las blusas se volvieron comunes para vestir de forma informal y práctica. Una blusa sencilla con una falda lisa era el atuendo estándar para las mujeres que comenzaron a trabajar fuera del hogar en la década de 1890, especialmente aquellas empleadas en trabajos de oficina. En las décadas de 1900 y 1910, las blusas elaboradas, como la blusa de lencería (llamada así porque estaban decoradas con encajes y bordados en un estilo que antes estaba restringido a la ropa interior) y la blusa gibson girl con pliegues y frunces, se hicieron inmensamente populares para el uso diario e incluso para algunas ocasiones informales de noche. Desde entonces, las blusas se han mantenido como un elemento básico del guardarropa y, en la actualidad, no han dejado de ser una prenda fija en el vestuario popular.

Estilos culturales de blusas

Las blusas tienen diferentes estilos culturales y se utilizan en diversas ocasiones. Por ejemplo, en Baviera y Austria rural, el dirndl tradicionalmente se usa con una blusa blanca. Estas blusas suelen estar hechas de telas ligeras, como seda o algodón fino, y a menudo tienen decoraciones fantasiosas, como volantes, bordados o lazos. El cuello spade o el cuello de solapa abierto son otros tipos comunes de blusas clásicas para mujeres. La blusa se usa debajo del corpiño del dirndl y termina por encima del ombligo. Los cambios en el escote de la blusa pueden modificar el efecto general del dirndl, acentuando el escote o creando un efecto más modesto. Otro ejemplo de un estilo cultural de blusa es el vestido Aboyne, que se usa en las danzas nacionales de Escocia. Este vestido consta de un corpiño oscuro o un chaleco elaborado, una blusa decorativa, una falda de tartán completa y a veces una enagua y un delantal. Algunas versiones también incluyen una banda de tartán en lugar de un delantal. Por último, el blouson es una prenda ajustada en la cintura con vuelo que cuelga sobre el cinturón. Este estilo de blusa es versátil y se puede usar como una prenda independiente o como una capa adicional sobre una blusa o camiseta.

La blusa es una prenda versátil y elegante que ha evolucionado a lo largo de la historia. Desde su origen como una camisa azul usada por los trabajadores franceses hasta convertirse en una prenda de moda para las mujeres, las blusas han demostrado su capacidad para adaptarse a las tendencias cambiantes y al estilo personal de cada individuo. Ya sea que se use con un dirndl tradicional, un vestido Aboyne o simplemente como una blusa elegante para el día a día, esta prenda puede realzar cualquier atuendo y agregar un toque de sofisticación. ¡Así que no dudes en incorporar una blusa a tu guardarropa y experimentar con diferentes estilos y combinaciones!

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