Vestidos con bordados yucatecos: una tradición artesanal

En Yucatán, la tradición artesanal textil se ha centrado principalmente en el bordado, a diferencia de otras regiones indígenas de México donde también se practica el tejido. Esta distinción se debe a diversos factores históricos y culturales que han moldeado la producción textil en la región.

En esta nota hablaremos sobre
  1. El origen del bordado yucateco
  2. El hipil: el vestido tradicional más bordado en Yucatán
  3. El bordado como fuente de ingresos y desafíos

El origen del bordado yucateco

El bordado es una técnica que consiste en decorar textiles con dibujos pintados utilizando hilos y agujas. En Yucatán, el bordado se ha convertido en la artesanía más importante, practicada por más de 20,000 mujeres peninsulares y más de 10,000 en Yucatán. Su importancia radica tanto en su amplia distribución como en su raíz histórica.

El bordado yucateco ha sido comprobado arqueológicamente a través de restos de textiles carbonizados encontrados en el cenote de Chichén ltzá. La técnica ha evolucionado a lo largo del tiempo, pero aún se conservan antiguas puntadas que pueden ser rescatadas e impulsadas. Entre las puntadas más destacadas se encuentra el chuy kab o bordado de mano, que forma parte de las técnicas registradas en los textiles de Chichén Itzá y que todavía se practica en la región más tradicional de Yucatán.

Otra puntada importante es el punto de cruz, conocido en maya como xok bi chuy, que fue introducido por las españolas durante la conquista. Esta puntada es considerada la crema y nata del bordado de mano en Yucatán y se asocia con las mujeres conquistadoras. Además de estas puntadas, existen otras que enriquecen el universo del bordado yucateco, sumando un total de 20 puntadas entre las técnicas realizadas a mano y a máquina.

El hipil: el vestido tradicional más bordado en Yucatán

El textil más bordado en Yucatán es el hipil, que es el vestido tradicional de la región. Este vestido, de origen mesoamericano, fue introducido por los frailes franciscanos durante la conquista con el propósito de cubrir el torso de las mujeres indígenas. Aunque en la época colonial el hipil se bordaba con la técnica del chuy kab, las mestizas, consideradas superiores, vestían el terno, un hipil de mejor calidad y bordado con hilo contado. Las españolas, por su parte, usaban sus ropas europeas.

Con el paso del tiempo y los cambios sociales derivados de la Independencia y la Guerra de Castas, la estructura social colonial se transformó y el término indio fue restringido a los sublevados, mientras que los indígenas que se sometieron al dominio blanco fueron llamados mestizos. En Yucatán, el término mestizo se refiere a aquellos que llevan el traje tradicional, convirtiéndolo en el único estado donde los indígenas no son llamados indígenas.

En la actualidad, la mayoría de las mujeres en Yucatán saben bordar a mano o a máquina, aunque el bordado ya no se aplique tanto a los hipiles. La influencia de los medios de comunicación ha llevado a que la mayoría de las mujeres jóvenes en el campo y la ciudad se vistan como los jóvenes de cualquier otro lugar del entorno.

El bordado como fuente de ingresos y desafíos

En las últimas décadas, muchas mujeres mayas campesinas han encontrado en el bordado una alternativa para generar ingresos debido a la crisis agrícola. El bordado tiene un gran potencial en Yucatán debido a su arraigo histórico, su asociación con la identidad y cultura regional, su diversidad técnica y la cantidad de mujeres que lo practican.

Sin embargo, la producción de bordados para el autoconsumo presenta desafíos para satisfacer las expectativas de los mercados modernos. Se requiere apoyo en diversos niveles, como la transformación técnica, organizativa, social, de género y cultural. Es necesario comprender el contexto en el que operan las bordadoras mayas de Yucatán para abordar estos desafíos.

Los vestidos con bordados yucatecos representan una tradición artesanal arraigada en la región de Yucatán. El bordado ha sido practicado por generaciones de mujeres mayas, transmitiendo técnicas y diseños a lo largo del tiempo. A pesar de los desafíos actuales, el bordado yucateco sigue siendo una manifestación cultural relevante y una fuente de ingresos para muchas familias en la región.

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