En el siglo XIX, en las calles de la ciudad de Lima, se podía encontrar a un peculiar personaje: el vendedor de velas. Este hombre, generalmente de origen afrodescendiente, se dedicaba a anunciar y vender velas de sebo, las cuales eran utilizadas para iluminar las casas y comercios durante la noche. Su vestimenta característica y su forma de transportar las velas lo convertían en una figura reconocible en la ciudad.

Descripción de la vestimenta del vendedor de velas

El vendedor de velas llevaba una vestimenta peculiar que lo distintutorial de los demás. En primer lugar, solía estar descalzo, lo cual era común en las clases trabajadoras de la época. Llevaba un pantalón azul y sobre su camisa blanca lucía un poncho gris con líneas verticales. Además, tenía una pañoleta roja amarrada a la cabeza y un sombrero blanco corto y redondeado.

El vendedor de velas portaba un bastón en su mano izquierda y en la derecha sostenía un palo de madera alargada que descansaba sobre sus hombros. En este palo, colgaban grupos de velas que ofrecía a los transeúntes. Esta forma de transportar las velas permitía al vendedor llevar consigo una gran cantidad de producto y facilitaba su exhibición y venta.

La importancia de las velas en la época

En el siglo XIX, las velas de sebo eran una fuente principal de iluminación en los hogares y comercios. Antes de la llegada del alumbrado a gas a mediados de 1850, las velas eran indispensables para poder realizar actividades durante la noche. La compra de velas era una necesidad para las familias, que las utilizaban para iluminar las principales habitaciones de sus casas.

Además de su uso doméstico, las velas también eran adquiridas por los comerciantes para poder mantener sus establecimientos abiertos durante la noche. En una época en la que la electricidad aún no era una realidad, las velas proporcionaban la luz necesaria para que los negocios pudieran funcionar después de que caía el sol.

El vendedor de velas en el arte

El personaje del vendedor de velas ha sido representado en diversas obras artísticas, siendo un ejemplo de la producción decimonónica del costumbrismo pictórico en el Perú. Un álbum titulado 1871 praetoria contiene 39 láminas que muestran diferentes personajes típicos de la ciudad de Lima, entre ellos el vendedor de velas. Estas láminas incluyen acuarelas y litografías iluminadas que retratan a los personajes en sus labores diarias y con sus vestimentas características.

Estas representaciones artísticas nos permiten tener una imagen visual de cómo lucía el vendedor de velas y nos transportan a una época pasada en la que las velas eran una parte fundamental de la vida cotidiana.

La vestimenta del vendedor de velas, con su pantalón azul, poncho gris y sombrero blanco, nos muestra cómo era la indumentaria de los trabajadores en el siglo XIX. Este personaje, reconocible por su forma de transportar las velas y su aspecto distintivo, formaba parte del paisaje urbano de la ciudad de Lima en esa época.

Las velas de sebo, vendidas por estos comerciantes ambulantes, eran esenciales para iluminar los hogares y los negocios antes de la llegada del alumbrado a gas. Esta vestimenta y esta actividad comercial han sido retratadas en obras de arte, permitiéndonos tener una visión más completa de cómo era la vida en el pasado.

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